Koppert recomienda devolver al suelo la biodiversidad perdida tras la desinfección

Koppert 

La ausencia de microorganismos beneficiosos deja vía libre a la entrada de patógenos

Raíces sanas y bien desarrolladas con Trianum y Vidi Parva

El suelo es mucho más que un soporte para el cultivo. El suelo contiene una gran biodiversidad natural, ya que es el hábitat de gran cantidad de organismos beneficiosos que contribuyen a la salud del cultivo. Con el proceso de desinfección, el suelo se convierte en un soporte completamente estéril y sin rastro de vida. La ausencia de microorganismos beneficiosos facilita que los patógenos colonicen rápidamente el suelo y ataquen los cultivos desde las raíces.

Para comenzar la próxima campaña con un suelo en las mejores condiciones es necesario recuperar cuanto antes su biodiversidad beneficiosa para evitar la proliferación de patógenos que perjudicarán la salud del cultivo. Para ello, Koppert cuenta con un sistema único basado en el uso combinado de tres productos que devuelven al suelo de forma rápida y eficaz la biodiversidad perdida.

Koppert recomienda la colocación de setos e islas vegetales para dar refugio a los enemigos naturales, especialmente en las bandas y en los pasillos del invernadero. Para ello, los protocolos de control biológico que Koppert ha desarrollado para la agricultura ecológica en invernadero incluyen la identificación de varias especies vegetales autóctonas que se adaptan perfectamente al entorno.

Los refugios vegetales que crean el hábitat adecuado para la fauna auxiliar se basan en combinar diferentes plantas con flores como cilantro, eneldo, salvia, ruda o lavanda. También se pueden usar diferentes especies de cereal o girasol, en función del cultivo y del enemigo natural que se quiere proteger.

Los setos y las islas vegetales dentro del invernadero sirven de refugio a la fauna auxiliar y equilibran la interacción entre plaga y enemigo natural. Además, favorecen la nidificación de los insectos beneficiosos y las plantas con flor aportan néctar para la alimentación de la fauna auxiliar.

Desde el semillero

El primer paso para la puesta a punto del suelo comienza cuando la plántula está creciendo en el semillero, momento en el que se recomienda iniciar la aplicación del fungicida biológico Trianum para incrementar el desarrollo del sistema radicular. La aplicación de Trianum debe combinarse con VidiParva, un enraizante natural que, además de aumentar el sistema radicular de las plantas, sirve de alimento a los microorganimos beneficiosos para que crezcan más rápido. Con el uso de Trianum y VidiParva en semillero obtendremos plántulas ya colonizadas con microorganismos beneficiosos y con un sistema radicular potente que asegurará el buen desarrollo posterior en campo. En definitiva, es el mejor comienzo para garantizar un cultivo sano durante todo su ciclo de vida.

Una vez que se realiza la siembra en el invernadero, Trianum y VidiParva son de nuevo necesarios para fortalecer el suelo y la planta y estimular la creación de raíces nuevas que harán que la planta crezca más rápido. También desde la siembra y durante todo el ciclo de cultivo, se recomienda la aplicación de ProSatus C para llenar de vida el suelo con microorganismos beneficiosos. El uso combinado de Trianum, Vidi Parva y ProSatus C ayuda en gran medida a tener un suelo rico, equilibrado, sano y más fértil con el que producir más y de mejor calidad.

No obstante, el cuidado del suelo no debe ser algo ocasional tras la desinfección, sino que debe ser una práctica continuada durante todo el ciclo del cultivo. Es normal que a lo largo del ciclo de producción la biodiversidad del suelo se desequilibre o se pierda de forma natural. Koppert recomienda contar siempre con la opinión de un asesor técnico cualificado que determine la estrategia más adecuada en función del cultivo y de las condiciones específicas de la finca.

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