Sevilla se reconvertirá el próximo mes de marzo en capital mundial de la Sanidad Vegetal
Acogiendo el 17º Symposium de Sanidad Vegetal, organizado por el COITAND. Hoy charlamos con su presidente, Carlos León, quien analiza en esta entrevista no solo los contenidos de dicho Symposium, sino también las líneas que deben definir el futuro de este sector.
En primer lugar, nos gustaría que nos hiciera una valoración del rechazo del Parlamento Europeo al Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios. ¿Cómo se ha recibido por parte del sector de la sanidad vegetal?
Como no podía ser de otra manera, la valoración es positiva. Existía un profundo rechazo en el sector sobre las prohibiciones que venían en este reglamento, que se había basado más en ideales con poca base científica y sin tener en cuenta la soberanía alimentaria y la seguridad de los alimentos que iban a tener que venir de fuera de la UE para poder abastecernos. Podemos hablar de que la agricultura más sostenible del mundo ya está en Europa, y cuando decimos sostenibilidad, hablamos también del respeto al medioambiente.
Los estudios de impacto así lo estaban poniendo de manifiesto, y más después de no solo ya por desgracias como la guerra de Ucrania, sino de otros interés y conflictos mundiales por el control del agua y alimentos.
Habéis comentado que se abre ahora un nuevo escenario para el sector de la sanidad vegetal. ¿Cuál esperáis que sea, y qué papel creéis que puede tener la celebración del Symposium de Sanidad Vegetal en ese futuro?
Pues es justo el papel que queremos jugar; poner encima de la mesa, con todos los actores implicados, cual es el futuro de la producción de alimentos, en calidad y cantidad suficiente, en un debate en el que debe de prima la ciencia y la seguridad alimentaria, y no unas cifras redondas de las que nunca nos han explicado las bases sobre las que pivotaban. Poner también en el punto de vista eso que llamamos “clausulas espejo», en las que se respete las obligaciones y se obligue a los productos que vienen de fuera a las misma exigencias laborales, medioambientales y sanitarias, para evitar el `dumping`.
Es cierto que hay mucha política en los alimentos importados, por acuerdos con terceros que no tienen nada que ver con la agricultura, pero el sector no puede pagar los platos rotos o servir como intercambio de cromos con otro tipo de políticas europeas.
En los últimos años hemos visto cómo llegan a nuestro país nuevas plagas y enfermedades, ante las cuales, desde la administración remarcan el necesario enfoque preventivo. ¿Cómo puede el sector de la sanidad vegetal participar en dicho enfoque?
Aquí pensamos que hay tres pilares básicos que son la información y la formación, y sobre todo la transferencia del conocimiento, que es vital para que se pueda actuar de forma rápida y efectiva ante estas amenazas: instruir tanto a agricultores como a los técnicos de la necesidad de actuar de forma coordinada cuando empiezan estas amenazas a ser detectadas como problemas reales. La labor de la administración en este sentido es muy amplia y sé que emplean mucho tiempo en preparar estas estrategias preventivas, tanto en control de fronteras como en programas de actuación temprana.
Estas políticas tienen que llegar y ser transmitidas de manera clara por el bien de todos.
Sobre el 17º Symposium de Sanidad Vegetal, y cuando faltan tres meses para su celebración, ¿qué puntos fuertes destacaría de su programa?
Pues yo diría que hay varios; uno es el papel que va a jugar el asesor en el futuro de la sanidad vegetal. La seguridad alimentaria está en manos del que decide qué técnicas se usan para el control, desde un punto de vista de rentabilidad y sostenibilidad. Y ese asesor no puede ser cualquiera. Ese papel preponderante, desde el punto de vista del COITAND que es el organizador de este evento, debe ser un ingeniero que, mediante un programa de asesoramiento, que si conlleva el uso de fitosanitarios con registro debe ser firmado con una prescripción por un técnico colegiado del ámbito de las profesiones reguladas que dan acceso directo a ser Asesor ROPO. Vamos a debatir mucho sobre esa figura.
Otro punto fuerte va a ser poner encima de la mesa de debate la agilización de registros de productos de bajo impacto, e intentar que sea verdad que se agilicen las normativas para registro de ese tipo de productos, con el fin de que se pueda cumplir el actual Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios, que decía primar el uso de este tipo de productos.
Y como no, y como decías antes, hablar de las actuales amenazas fitosanitarias que aparecen por causa del cambio climático y del trasvase de vegetales en el mundo. También como siempre apostaremos por la agricultura digital y su adaptación a un sector envejecido, en el que va a ser muy difícil que esa transformación no acabe en algunos casos en abandono, y cómo hacer que esta transformación digital necesaria, sea una herramienta y no una traba, una simple carga añadida o un mecanismo de control sancionador.
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