D. Fernando Feliu Sendra ocupa actualmente el cargo de director ejecutivo y responsable técnico de la empresa Plymag S.L., firma fundadora de AEFA y operadora en el sector de los fabricantes de fertilizantes desde 1978.
Fernando Feliu Sendra (Plymag) también ha participado en distintos cargos durante toda la trayectoria de AEFA, ocupando el cargo de presidente de AEFA desde el año 2008 hasta 2012. Actualmente colabora con la asociación como coordinador de la comisión de fertilizantes nacionales y CE.
Una de las siete iniciativas emblemáticas que forman parte de la estrategia Europa 2020 orientadas a generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, es la de “Una Europa que utilice eficazmente los recursos”. En este contexto, la economía circular es un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, manteniendo en la economía los materiales y los recursos durante el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos.
Este cambio de cultura empresarial y consumo no es ajeno a las empresas de AEFA y de hecho no es algo totalmente nuevo para ellas. En esta entrevista D. Fernando Feliu aporta información sobre la “Economía Circular” en el mundo de los fertilizantes.
Se oye hablar en estos días de la Economía Circular, ¿qué es?
Se basa en el cambio de una cultura asentada en un modelo de producción lineal, («coge, fabrica y tira») por un modelo circular basado en la reutilización de productos y materiales de forma que su valor se mantiene durante el mayor tiempo posible. El modelo lineal es insostenible, puesto que se basa en la trasformación de recursos finitos que pierden valor una vez usados los productos, convirtiéndose en residuos, mientras que, en el “modelo circular”, los residuos y el uso de recursos se reducen al mínimo.
Un ejemplo puede ser las bolsas de supermercado. El objeto de la imposición de un precio sobre cada unidad parte de la base de la idea de que pueden ser reutilizadas repetidas veces. Por otra parte, el canon, aparte de una medida disuasoria al desecho prematuro como residuo, sirve para sostener la gestión del residuo.
El enfoque o “paquete” de la “economía circular” se perfila como uno de los grandes proyectos que la Unión Europea se plantea de cara al futuro y afectará a todos los aspectos de la economía y al sector de fertilizantes también.
¿Qué beneficios se obtendrán?
Se cree que los beneficios serán muchos y que supondrán una mejora en la calidad de vida en sentido general. Concretamente se citan la creación de empleo, la promoción de innovaciones y la aparición de productos más duraderos e innovadores y proteger a las personas y el medioambiente.
¿Qué medidas atañen al sector agrícola?
Parece lógico pensar que serán aquellas relativas a plásticos, sobre transporte legal de residuos entre los estados miembros, la revisión de la normativa de la UE relativa a los abonos para facilitar el reconocimiento de los abonos orgánicos y basados en los subproductos, a fin de desarrollar un mercado a escala de la UE (de ahí la importancia de fijar los criterios sobre la consideración o no de residuo) y medidas para facilitar la reutilización del agua.
También sobre materias primas críticas (MPC), que son las que combinan una gran importancia económica para la UE con un alto riesgo asociado a su abastecimiento. Así, los fosfatos naturales, base de muchos fertilizantes podrían considerarse “críticos”, ya que no están disponibles en Europa y han de ser importados, sin embargo, en los lodos de las depuradoras, que no están aceptados para fertilizantes, contienen grandes cantidades de fósforo que podrían cubrir entre el 20 y el 30% de las necesidades de abonos fosfatados en la UE.
¿Cómo afecta al sector de fertilizantes?
Para responder a esta pregunta, debemos tener en cuenta que la práctica totalidad de los productos que aportan materia orgánica al suelo provienen de subproductos de la industria, agricultura y ganadería, lo cual permite la reutilización de éstos. A grandes rasgos la reglamentación europea facilita la utilización de los subproductos como fertilizantes y elimina las barreras para el libre tránsito de estos entre países.
En el aspecto normativo, la situación hasta este año estaba de la siguiente forma:
El Reglamento 1069/2009, de productos de origen animal, está basado en la economía circular. Sin embargo en torno al 50% de los abonos habitualmente comercializados quedaban fuera del ámbito del reglamento europeo 2003/2003 y lo peor es que encuentran dificultades para ser comercializados y ser reconocidos en otros países debido a la existencia de reglamentaciones y leyes nacionales divergentes.
A partir de marzo de este año (2019), una nueva legislación ha sido promovida por el Parlamento Europeo y el Consejo. Concretamente la Resolución legislativa del Parlamento Europeo, aprobada en primera lectura el 27-03-19, en las que se establecen las disposiciones relativas a la puesta a disposición del mercado de los productos fertilizante UE.
Dicha regulación prevé modificar los Reglamentos (CE) 1069/2009 (productos de origen animal) y 1107/2009 (productos fitosanitarios) y deroga el Reglamento (CE) 2003/2003 (abonos CE).
La nueva regulación pretende superar las limitaciones de R (CE) 2003/2003 y promover un mayor uso de los nutrientes reciclados para potenciar la economía circular y al mismo tiempo disminuir la dependencia de la Unión respecto a materias primas de terceros países.
¿Cuándo se prevé que entre en vigor el nuevo reglamento?
El texto provisional se aprobó en primera lectura el 27-03-2019, remitiéndose a la Comisión, al Consejo y a los Parlamentos nacionales para su ratificación. Se espera su entrada en vigor para el año 2020.
¿Cómo afecta a AEFA y al sector de fertilizantes esta nueva regulación basada en la Economía Circular?
Las empresas de AEFA no perciben este enfoque como algo totalmente nuevo, ya que desde hace tiempo están familiarizados con la reutilización de residuos para su transformación y valorización como fertilizantes. Además, la necesidad de abastecer un sector como la agricultura ecológica nos ha permitido adquirir experiencia en cuanto a las exigencias de regulación y control.
Un ejemplo es la utilización de subproductos como las vinazas, compost, enmiendas orgánicas etc. La industria de los fertilizantes facilitó su transformación, de un problema en muchos casos a una solución agronómica: la carencia de materia orgánica en el suelo en muchas zonas de España.
Esperemos que la nueva regulación facilite el uso de subproductos como fertilizantes y elimine trabas entre países.
Hablando de regulación y control, ¿se prevén cambios?
Así es. La puesta en marcha del paquete de medidas de la economía circular lleva consigo mayores exigencias, y ahora mismo desde AEFA se hacen aportaciones constructivas, para que estas medidas no supongan cargas innecesarias a los fabricantes en su implementación.
De todas formas, es normal que haya un tiempo de ajuste, y ahora mismo hay aspectos técnicos como la necesidad, o no, de que los fabricantes adquieran la consideración de un gestor de residuos en el manejo de subproductos utilizados como materias primas ya valorizadas, que se están analizando. No parece demasiado sensato, que un subproducto que ya está valorizado y que sea ya un fertilizante según la ley, para ser trasladado hasta las plantas de producción de fertilizantes, sea considerado un residuo y haya que estar autorizado como gestor de residuos.
¿Qué medidas afectarán directamente al sector industrial y generador de subproductos?
Principalmente se adoptarían normas sobre el proceso de producción: orientaciones sobre mejores prácticas en la gestión de los residuos y la eficiencia en el uso de los recursos.
Sería necesaria la aparición de los documentos de referencia sobre las mejores técnicas disponibles (MTD), así como normas relativas a los subproductos, a fin de facilitar la simbiosis industrial, el abastecimiento responsable de materias primas y cooperando a través de las cadenas de valor y como punto final y no menos importante la gestión de residuos.
Este último, es el que más puede afectar al sector, debido a que son los puntos fundamentales en los que está trabajando la Comisión Europea. En concreto se podrían clasificar en:
1.- Criterios para fijar el fin de la condición de residuo: permitir que los materiales reciclados sean reclasificados como no residuos, siempre que cumplan una serie de condiciones generales de calidad y seguridad, que serán las mismas en toda la UE.
2.- Medidas para promover la conversión de los residuos en recursos (materias primas secundarias): las materias primas secundarias representan tan solo una pequeña proporción de los materiales de producción utilizados en la UE.
Existen importantes obstáculos para su implementación en la economía, por ejemplo la incertidumbre de su composición.
Se trata de objetivos ambiciosos, ¿cómo se pretende alcanzarlos?
Sí, como he dicho al principio, atañen a grandes campos de la economía, reflejados en un amplio abanico de ofertas y medidas en la propuesta de la Comisión Europea, tales como proceso de producción, gestión de residuos, abastecimiento responsable de materias primas primarias, reparación de los productos y lucha contra la obsolescencia programada.
En el aspecto de la gestión de residuos, se pueden emplear diversas medidas, como un fomento de la innovación y la inversión, el empleo de medidas para abordar las cuestiones horizontales, el fomento de la inversión privada, medidas contra el desperdicio de alimentos y otras medidas para los residuos de la construcción y la demolición.