Siempre podemos recurrir a plantas ornamentales cuyo mayor atractivo se encuentre en sus hojas y no tanto en sus flores. Algunas de ellas son ideales para mantener colorido de forma permanente y un claro ejemplo de este caso son las Fitonias.
Son plantas muy rústicas y versátiles, pudiendo decorar por sí solas o en combinación con otras plantas de mayor tamaño.
Su nombre científico de Fittonia verschaffeltii, pertenece a la familia Acantáceas y es nativa de las selvas tropicales húmedas, principalmente de Perú, aunque también se la puede encontrar en Brasil, Ecuador y Colombia.
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La Fitonia es una especie herbácea que podemos encontrar con facilidad en centros de jardinería, floristerías y demás tiendas especializadas en la sección de plantas ornamentales de interior, siendo normalmente su formato de venta en macetas de pequeño tamaño: entre 9 y 11 centímetros de diámetro.
Esta planta posee tallos de porte rastrero y tienden a ser tapizantes, siendo ideales para cubrir terrarios o partes bajas de composiciones junto a plantas de mayor tamaño.
Sus hoja son enteras de un tamaño de unos 3 a 5 centímetros de largo y según la variedad pueden ser de color verde, rosa e incluso rojo, aunque todas ellas con nervaduras fuertemente coloreadas y contrastadas, normalmente de color blanco.
Sus flores son pequeñas y poco vistosas, dispuestas en espigas que crecen verticalmente. El que no sean su mayor atractivo ornamental no dejan de ser bonitas.
¿Dónde las podemos ubicar?
Por su hábitat natural tropical, no exige mucha luz y le gusta vivir con una buena humedad ambiental. Aun así, soporta bien las bajas temperaturas sin llegar a las heladas. Tengamos en cuenta que por debajo de los 15ºC paralizará su crecimiento en incluso sufrirá daños si nos acercamos a los 5ºC.
La podemos tener en una pequeña maceta sobre la mesa aportando un toque de color. Incluso dan mucho juego ornamental si combinamos distintas plantas de Fitonia de varios colores.
Aunque no necesita de una luz directa (si esta es muy intensa) para vivir en buenas condiciones, la verdad es que si pecamos de sombra, el color de sus hojas suele perder algo de intensidad, a la vez que crece de forma más ahilada.
Ubicarla cerca de las ventanas es una muy buena solución. Si por el contrario la queremos tener al exterior, buscaremos zonas sombreadas o por lo menos, aquellas que no reciban luz durante las horas centrales del día. Es muy apropiada para rincones sombríos conviviendo junto a helechos, aglaonemas y demás plantas de semisombra, en las que resaltará mucho más el contraste del color de sus hojas con estas otras plantas más monocromas en verde.
Con unos cuidados mínimos, siempre perfectas
Los cuidados de la Fitonia son muy pocos y sencillos ya que se trata de una planta ornamental de interior bastante rústica. Básicamente teniendo cuidado con la iluminación y la humedad ambiente, vegetará sin problemas.
En cuanto a la iluminación, tal y como hemos avanzado, la ubicaremos cerca de una fuente de luz pero evitando que esta le dé directamente.
Por su hábitat natural tropical, la planta requiere una buena humedad ambiental, siendo conveniente sobre todo durante la época más calurosa del año, rociar sus hojas con un pulverizador de mano si la humedad relativa es baja. El agua ideal para ello es el agua de lluvia, aunque podemos utilizar agua mineral o del grifo, pero en este último caso procurando tenerla previamente entre 24 y 48 horas en un cubo al aire libre para que se evapore el cloro que suele tener.
En cuanto a las temperaturas, vegeta perfectamente entre los 20 y 25ºC. Aun así, soporta bien las bajas temperaturas sin llegar a las heladas.
El riego debe ser moderado evitando los encharcamientos. Si tenemos un pequeño plato en la base de la maceta para evitar que se ensucie la superficie sobre la que se encuentra, pocos minutos después de cada riego eliminaremos el agua sobrante de él.
Si deseamos trasplantarla, lo ideal es utilizar un sustrato de interior, por ser muy turboso y porque los preparados comerciales ya incorporan un fertilizante de fondo además de otras materias primas como la perlita para favorecer su aireación. Durante la plantación a una maceta mayor, evitaremos compactar el nuevo sustrato para que esté lo más aireado posible.
Para fertilizarla podemos utilizar una abonado con un equilibrio 1–1–1 y utilizarlo regularmente una vez a la semana o cada 10 días a la dosis más baja recomendada por el fabricante.
Muy fácil de multiplicar
Para hablar del cultivo de la Fitonia hay que distinguir el que se realiza a nivel profesional del realizado a nivel particular como aficionado a la jardinería, aunque en ambos casos es bastante sencillo.
Para su multiplicación a nivel de aficionado, el método de reproducción será mediante esquejes. Para ello partiríamos de esquejes que podemos obtener directamente de una planta que ya tenemos. El tipo de sustrato ideal para su plantación sería el de plantas de interior o sustrato especial para semilleros. Estos son muy turbosos y en los preparados comerciales como decimos anteriormente ya incorporan un adecuado fertilizante de fondo.
Los esquejes serán apicales, cortando las puntas de las ramas mediante navaja. Cortaremos brotes de unos cuatro a seis centímetros de longitud. El corte será de forma trasversal al tallo, limpio, sin desgarros y con una longitud de tallo de un centímetro por debajo de la hoja.
La maceta elegida para plantar los esquejes debe de ser más bien pequeña… sobre unos 9 ó 10 centímetros de diámetro. La llenaremos del sustrato elegido, lo regaremos y en cada una de ellas plantaremos unos 3 y sería ideal mantener una temperatura mínima de alrededor de los 20ºC con una humedad relativa del 100% hasta el comienzo de su enraizado, que suele comprender entre los 7 y 10 días en estas condiciones.
Para mantener la humedad durante el enraizado, podemos recurrir a un mini invernadero o a cubrir la maceta junto con los esquejes con una bolsa de plástico transparente.
Cuando veamos que comienzan a emitirse las primeras raicillas, iremos perforando la bolsa de plástico hasta su eliminación para favorecer su aclimatación.
Si utilizamos hormonas de enraizamiento favoreceremos tanto la velocidad de emisión de nuevas raíces como la cantidad de la misma. Si es un formulado en polvo, bastará con untar ligeramente la zona del corte del esqueje y clavarlo en el sustrato presionando ligeramente el sustrato para asentar la plantita.
La época ideal para realizar estos esquejes estaría comprendida entre los meses de abril a septiembre (de primavera a principios de otoño). Este periodo suele ser muy cálido y facilitará su enraizamiento.
Una vez enraizada y aclimatada la planta, su temperatura de desarrollo puede oscilar entre los 20 y 28ºC. Ligeramente por encima de esta temperatura seguirá vegetando bien, mientras que por debajo puede comenzar a mostrar una paralización de su desarrollo, sobre todo por debajo de los 15ºC.
Nuestras Fitonias siempre sanas
En cuanto a plagas, se pueden presentar ocasionalmente el pulgón y la araña roja, esta última normalmente durante las épocas más calurosas y secas del año.
Dado el pequeño tamaño de estas plantas, bastará con adquirir productos fitosanitarios preparados en envase pulverizador para controlar estas plagas. Optaremos por un insecticida sistémico para el control del pulgón y un acaricida para la araña roja. En ambos casos, cuando pulvericemos la Fitonia, es importante mojar completamente sus hojas, tanto por el haz como por el envés, sobre todo para controlar los ácaros ya que se concentran en esta parte de la hoja.
En cuanto a enfermedades, no suelen tener problemas, bastará mantener el sustrato siempre húmedo sin llegar al encharcamiento y abonados regulares. Si la Fitonia está fuerte y posee un sistema radicular sano, vegetara manteniendo un follaje abundante y con gran colorido.
Fernando Cuenca
fcuenca@condelmed.com
www.floresyplantas.net