La Bougainvillea

Su rusticidad y espectacular floración hacen de la Bougainvillea una de las plantas trepadoras más bonitas de los jardines del arco mediterráneo cálido.

Se denomina coloquialmente Bougainvillea, si bien este es el nombre del género con unas 35 especies descritas aunque tan sólo 17 de ellas aceptadas. Todas pertenecen a la familia Nyctagináceas y son originarias de los bosques tropicales húmedos de América del Sur, principalmente de los situados en áreas de los países de Brasil, Perú y norte de Argentina.

El nombre Bougainvillea fue otorgado por Philibert Commerson en honor de Louis Antoine de Bougainville, marino y explorador francés que la introdujo en Europa desde Brasil.

De todas especies de Bougainvillea, en Europa y en especial en España, hay dos especialmente relevantes desde el punto de vista de su cultivo y comercio ornamental: la Bougainvillea glabra y la Bougainvillea spectabilis. A la primera pertenece la popular Bougainvillea sanderiana ‘Alexandra’, de color morada y una de las más apreciadas por el mercado ornamental. La segunda, también conocida como Californiana, acoge al resto de la mayoría de variedades con una amplia gama de colores, incluido el morado. Con esta salvedad, de ahora en adelante, nos referiremos a estas dos especies de forma genérica como Bougainvillea.

Plantas de porte semiarbustivo y trepador

Es una planta de porte semiarbustivo y trepador de gran valor ornamental y aunque es apta para crear setos informales y floridos, podada adecuadamente también se puede conseguir un formato arbustivo redondeado, para ser plantada como ejemplar aislado en el jardín o en una maceta. Por supuesto, aunque menos habitual, puede utilizarse como planta tapizante para cubrir un terraplén e incluso llega a admitir la formación en bonsái.

En un hábitat natural, se comportan tanto como perennes en zonas lluviosas, como caducifolias en aquellas que poseen una estación muy seca. En el caso de su uso en jardinería, puesto que son atendidas con riegos puntuales, no suelen perder sus hojas en ninguna época del año. Mucho menos en los viveros durante su cultivo, que son sometidas a crecimiento constante durante todo el año.

Sus raíces son fasciculadas, muy rústicas y se desarrollan prácticamente sobre cualquier tipo de terreno. Por supuesto, en aquellos que son fértiles y bien drenados se desarrollan mucho mejor, imprimiendo a la planta una mayor velocidad de desarrollo si bien, reducen notablemente su cantidad de flores.

Poseen robustas ramificaciones, provistas de espinas con las que se ayudan para trepar sobre otras plantas o estructuras como vallas, muros, pérgolas, cenadores, etc. Este sistema de trepa mediante espinas, permite ocupar espacios verticales sin un agarre real sobre las estructuras, por lo que sus ramas, puedes ser redirigidas con facilidad.

Sus hojas son de color verde y crecen de forma alterna sobre las ramas, son simples y con cierta forma ovalada o lanceolada, con la base estrechada y el ápice agudo.

En cuanto a su floración, lo hacen durante las épocas calurosas del año, centrando su máximo esplendor durante el verano, alargándose hasta principios del otoño.

Sus flores son hermafroditas y tubulares con 5 a 6 lóbulos cortos. Generalmente son blancas y nacen organizadas en grupos de 3 unidades, cada una de ellas insertada en una bráctea persistente de aspecto papiráceo y vivamente coloreada. Precisamente estas brácteas son las que determinan el color de la variedad, asignando este erróneamente a sus flores.

Gracias al trabajo constante de los genetistas, actualmente podemos encontrar estas brácteas en una gran cantidad de colores como pueden ser el blanco, amarillo, rosa, magenta, púrpura, rojo, naranja… y en una amplia gama tonal dentro de cada uno de ellos.

El comercio de la Bougainvillea

La Bougainvillea se cultiva en España principalmente en viveros ubicados en provincias lindantes al arco mediterráneo, entre las que destacan Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Málaga y Granada.

Se pueden establecer dos mercados de destino bien definidos: el de interior y el de exterior. El mercado de interior comercializa básicamente plantas tutoradas sobre una caña de bambú. Mientras, las del mercado de exterior van destinadas a Francia, Alemania, Holanda, Reino Unido… y se cultivan en diversas presentaciones con acabados mucho más elaborados, en los que se contemplan aspectos como el color de la maceta, jardinera o contenedor en función del color de sus flores (brácteas).

En cuanto a su época de comercialización, aunque pueden estar presentes durante todo el año en viveros, agricentros, centros de jardinería, grandes superficies, floristerías y demás centros especializados, las ventas fuertes por parte de los viveros productores se centran desde el mes de marzo hasta principios de verano.

 

Los formatos más comerciales en los que se pueden encontrar son:

⇒   Bougainvillea colgante.- Con varias plantas pinzadas varias veces, muy brotadas y compactas. Están plantadas en tarrinas o maceteros con ganchos para ser colgadas con facilidad.

⇒  Bougainvillea en espaldera.- También varias veces pinzada y muy brotadas, están plantadas en macetas, contenedores e incluso en jardineras. Sobre estos recipientes se colocan estructuras pre construidas con un formato espaldera de bambú, sobre las cuales van creciendo las plantas hasta conseguir la forma de enredadera definitiva.

⇒  Bougainvillea arbustiva.- Con varias plantas plantadas en macetas o contenedores, varias veces pinzada y muy brotada hasta conseguir un crecimiento muy compacto, formando una masa foliar de aspecto globoso.

⇒  Bougainvillea piramidal.- Similar al formato de espaldera pero guiadas durante su crecimiento sobre largas cañas de bambú atadas en su cúspide para darle ese aspecto de pirámide.

⇒  Bougainvillea sobre caña.- Puede describirse como similar al piramidal pero de forma más básica en macetas o contenedores de 14 a 17 centímetros de diámetro. Simplemente con la planta atada a varias alturas sobre una caña de bambú.

El mercado exterior, en el que se venden a un precio superior al que se tiene en España, demanda unidades de venta que contengan varias plantas y todas ellas muy compactas, fruto de numerosos pinzados.

Sus cuidados

En algunos países de centro y norte de Europa utilizan la Bougainvillea como planta de interior durante unos pocos meses, pero el verdadero destino de esta planta es su ubicación al exterior y cuanta más luz tenga mejor.

Su uso está básicamente ligado a la jardinería por su potencial para crear coberturas en vallas, pérgolas, muros, arcos, verjas, cenadores… permitiendo incluso crear espacios íntimos con setos o barreras impenetrables por impedir o dificultar su paso gracias a las espinas que poseen en sus ramas. En estos últimos casos es importante que la estructura donde se apoye sea realmente resistente para evitar que los fuertes vientos la puedan tirar.

En caso de utilizarla como planta de interior, debe ubicarse en lugares muy luminosos para que su floración dure el máximo de tiempo. Una vez perdida esta, lo más recomendable es sacarla al exterior para que se vuelva a fortalecer, florecer y volver a disfrutarla como planta de interior.

Al exterior, la ubicación ideal es a pleno sol. Con ello se consigue un crecimiento mucho más compacto y por lo tanto plantas más densas, más sanas y una floración potente y abundante, con colores más vivos dentro del propio de cada variedad.

Su plantación puede realizarse en macetas y jardineras, aunque para sacarle su máximo partido con plenitud de crecimiento y máxima floración, lo ideal es plantarlas sobre el propio terreno. Este debe de ser fértil, sin exceso de fertilización y sobre todo bien drenado. Hay un dicho popular que es verdad: ‘la Bougainvillea, cuanto más sufrida, más florida’. Esta frase está demostrada y de hecho, basta verlas floreciendo espectacularmente en jardines abandonados y descuidados llenos de malas hierbas.

Para el trasplante a una maceta mayor, elegiremos un sustrato fértil y ligero que evite los encharcamientos. Un sustrato especial para plantas de exterior, al que mejoraremos aportando arena lavada de río para una mayor permeabilidad, puede ser una buena opción. El momento recomendado para su trasplante es a principios de primavera.

Para la elección de la maceta o jardinera, al margen del diseño, optaremos por un tamaño que no sea excesivamente mayor, para que aproveche mejor el nuevo sustrato ya que las raíces tienden a desarrollarse en más cantidad sobre el perímetro del nuevo recipiente. Es preferible trasplantarla cada uno o dos años antes que pensar que va a residir ahí toda su vida. El sustrato se degrada con el tiempo y en especial los utilizados en maceta, que se salinizan con el aporte continuado de fertilizantes, a la vez que se enrarecen con las propias aportaciones de toxinas que desecha la planta sobre el terreno en el que está arraigada.

Lo primero será poner en el fondo del nuevo recipiente una pequeña capa de grava o arcilla expandida para favorecer su drenaje. 

Seguidamente una pequeña cantidad de sustrato, a continuación el cepellón de la planta procurando que quede la superficie del mismo al nivel de plantación. Seguidamente se rellana el perímetro entre cepellón y nuevo recipiente, se apelmaza muy ligeramente y se le da un riego copioso. Los siguientes se pueden espaciar tanto como la climatología lo permita.

Si se planta directamente sobre el terreno del jardín, prestaremos atención a las características de su tierra ya que aquí sí va a estar plantada durante muchos años. Si el terreno es muy arcilloso es recomendable aportar arena de río lavada para aumentar su aireación y evitar que se apelmace. Si es excesivamente árido o pedregoso, lo podemos mejorar aportando mantillo o compost como enmienda orgánica. Las cantidades dependerán de las características del terreno original. En todos los casos, cuanto más profunda sea la mejora del terreno mucho mejor.

El factor del riego es fundamental en la Bougainvillea. Aunque estamos ante una planta bastante resistente a la sequía, no quiere decir que vegete mucho mejor con una humedad constante. Aun así, debemos regarla adecuadamente y para ello aplicaremos riegos de forma moderada durante su período de crecimiento, disminuyendo su cantidad durante su época de reposo, procurando mantener el terreno algo seco.

Para su abonado, cuando se encuentran plantadas directamente en el terreno del jardín, le podemos aportar uno de tipo orgánico en invierno y otoño mezclado ligeramente con la tierra, y otro de tipo mineral durante la primavera. El primero nos ayudará a mejorar la estructura del suelo. El segundo podemos aplicarlo en gránulos o disuelto en el agua de riego. En cambio, plantadas en macetas o jardineras, como el sustrato es prefabricado, las podemos fertilizar diluyendo un abono soluble en el agua de riego.

En todos los casos, el tipo de abono debe de ser bajo en nitrógeno para mantener las plantas fuertes y sobre todo potenciar al máximo su floración. La dosis, si abonamos con frecuencia, utilizaremos las más bajas entre las recomendadas por el fabricante.

Uno de los fertilizantes aconsejados es el formulado especial para plantas de flor, con un buen equilibrio y siendo ricos en fósforo, potasa y conteniendo microelementos. Fertilizantes con riquezas similares al tipo 18-12-24 más microelementos están entre los recomendados.

La Bougainvillea es semiresistente a las heladas, prácticamente paralizando su desarrollo por debajo de los 10ºC por ello, evitaremos las zonas más frescas del jardín. Si bien es una planta que una vez bien arraigada es más resistente y sólo temperaturas por debajo de los -4ºC la dañarán seriamente. Unas heladas no muy severas pueden que dañen sus partes aéreas. Pero no nos alarmemos porque con la llegada de la primavera, la volveremos a ver rebrotar por las partes bajas de la planta.

Respecto a tutorado recordemos que sus ramas no se retuercen sobre estructuras ni poseen zarcillos o raíces adventicias para ayudarse en su trepa, pero sí están provistas de espinas con las que se enganchan sobre estructuras u otras plantas permitiéndole invadir zonas aéreas con facilidad. Para facilitarlo se pueden habilitar estructuras que ayuden a su trepado como son celosías, alambradas o estructuras con salientes donde las espinas puedan apoyar.

Para su poda, la más severa se recomienda a principios de primavera, eliminando los brotes no deseados del año anterior, dejando estolones de unos 2 a 4 centímetros de longitud y procurando cortar siempre por encima de una yema de brotación. Sobre estos estolones se producirán nuevas brotaciones con lo que conseguiremos crear zonas de vegetación mucho más densas. Durante la época calurosa del año, siempre podemos ir realizando las llamadas pequeñas podas de formación, con las que iremos manteniendo la planta con el aspecto que deseemos, así como vegetando sobre la zona asignada para su cometido.

Para el control de su sanidad, al ser una planta muy rústica no suele tener problemas de enfermedades. Podemos afirmar que si la mantenemos con un riego moderado, bien fertilizada e iluminada, la planta crecerá fuerte y sana durante todo el tiempo.

Pero en el caso de plagas, serán la mosca blanca, los pulgones, cochinillas, orugas y araña roja los principales problemas que se pueden presentar. Todos ellos pueden presentarse desde principios de primavera hasta mediados de otoño, sobre todo en el jardín y si tenemos terrenos colindantes abandonados.

Para el control de la mosca blanca, los pulgones, orugas y cochinillas utilizaremos insecticidas sistémicos. Aplicados en pulverización, procuraremos mojar bien toda la planta y realizando el tratamiento a últimas horas del día para favorecer la asimilación de la materia activa.

En el caso de la araña roja, de atacar lo hace sobre todo en verano, cuando la humedad ambiente es baja y las temperaturas muy altas. Para su control utilizaremos un acaricida, procurando mojar sobre todo el envés de las hojas ya que es en estas zonas donde se ubica esta plaga.

En todos los casos, la dosis será siempre la recomendada por el fabricante. Una mayor dosis no mejora su efectividad y sí puede ocasionar daños por fitotoxicidad, a la vez de tirar el dinero derivado del uso excesivo de producto fitosanitario.

Una plaga no mencionada pero que puede aparecer en algunos lugares es la avispa, también conocida como ‘avispa aserradora de hojas’ por cortar las hojas en forma de fragmentos ovalados, utilizados para hacer sus nidos, no para alimentarse.

La multiplicación de la Bougainvillea más habitual es por esqueje, tanto por los viveristas especializados como por los amantes de la jardinería. Sólo los genetistas, optan por el método de semilla y lo hace como trabajo en la obtención de nuevas variedades.

Los viveristas reproducen esta planta mediante la técnica de esqueje interdonal (trozo de tallo con dos o tres hojas), utilizando ramas semileñosas para facilitar su arraigo. Los esquejes se extraen de plantas madres seleccionadas por la variedad, vigor y sanidad de la planta.

A nivel de aficionado a la jardinería, se pueden realizar esquejes tipo estaquillas que se plantarán a comienzos de primavera u otoño. Estas estaquillas pueden medir unos 10 centímetros, se le eliminarán sus hojas y clavarán en el terreno o macetas sobre 2 tercios de su tamaño, siempre manteniendo su verticalidad. El sustrato puede ser tipo ‘sustrato para plantas de interior’ y este debe de estar húmedo durante todo el proceso que dure el enraizamiento.

Otra técnica es la de acodo, no muy utilizada pero sí muy eficaz. Consiste en enterrar una parte intermedia de una rama, haciéndole unas heridas sobre la zona en contacto con la tierra. Al poco tiempo, a la vez que cicatrizan suelen emitir nuevas raíces, momento en el que se ‘corta de la planta madre’ y se trasplanta en un nuevo lugar.

Fernando Cuenca

fcuenca@condelmed.com

www.floresyplantas.net

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