Durante los dos últimos años se ha dado a conocer y se ha extendido el uso en España del exclusivo fertilizante natural Polysulphate de ICL, un fertilizante natural que en cada gránulo incorpora los cuatro nutrientes básicos que necesitan los cultivos (azufre, potasio, magnesio y calcio) con un modo de acción que asegura su disponibilidad constante y prolongada en el cultivo.
La clave de este fertilizante está en que la mayoría de estos nutrientes mejoran la salud de la planta y su resistencia al estrés: el Azufre aporta funciones de defensa y detoxificación; el Calcio le da permeabilidad en la membrana y mejora la asimilación de nutrientes; y el Potasio otorga una regulación estomática, firmeza, estructura de las células y mayor producción.
Pero lo que hace verdaderamente diferente e innovador a Polysulphate es que es un fertilizante que se presenta en su estado natural y no es necesaria la separación química ni otros procesos industriales, por lo que estamos ante un fertilizante verdaderamente sostenible, respetuoso con el medio ambiente y que ayuda a reducir la huella de carbono de la agricultura.
ICL está colaborando con agricultores, distribuidores y cooperativas para conocer mejor sobre el terreno el uso de Polysulphate en diversos cultivos, como muestra el último ensayo en maíz, con resultados muy buenos al utilizarlo como parte del abonado de fondo. Así, En una finca de maíz en regadío de San Millán de los Caballeros (León), se realizó un abonado de fondo con un blending fabricado por la sociedad cooperativa Valduebro, del Grupo AN, el cual contenía Polysulphate como fuente de potasio, magnesio, azufre y calcio (7-18-18 con un 40% de Polysulphate).
Para comprobar la eficiencia del abonado de fondo con este blending con Polysulphate, en una parcela de la finca se abonó con un blending normal (8-15-15) pero sin Polysulphate. La finca cuenta con un total de 40,5 hectáreas de maíz y la producción final fue de 702 toneladas, con una humedad de 18,5.
Como se puede ver en el Cuadro 1, la media por hectárea en las parcelas abonadas con el blending con Polysulphate dieron una media de producción superior a 17.300 kilogramos por hectárea, mientras que la parcela sin Polysulphate superaron por poco los 16.900 kilogramos, es decir, 400 kilogramos por hectárea menos.
Por tanto, un nuevo ensayo demuestra que el aporte de Polysulphate como parte del abonado de fondo aumenta la cosecha de forma importante (más de 400 kg/ha), pero sin que el coste de abonado se vea incrementado, por lo que Polysulphate es una alternativa natural, sostenible y rentable para el agricultor.
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