El Cyclamen persicum es una de las plantas más populares de floración invernal en Europa debido a su particular belleza, rusticidad y posibilidades de uso ornamental.
Su destino ornamental guarda una dualidad y puede ser disfrutada tanto como planta de interior como planta de exterior. En el primer caso por un período de entre uno a dos meses. Pasado este tiempo es recomendable ubicarlo en el exterior ya que el exceso de tiempo en el interior del hogar, por muchos cuidados que se le dé… terminará afectando a la calidad de su floración y vigor de la planta.
Para conocer un poco esta planta, hay que saber que pertenece al género Cyclamen sp. y este engloba unas 15 especies, aunque los Cyclamen cultivados para uso ornamental derivan principalmente del C. persicum.
El Cyclamen persicum es conocido popularmente bajo nombres como ‘Ciclamen’, ‘Violeta de Persia’ y sobre todo por ‘Violetas de los Alpes’. Pertenece a la familia Primulaceae y es originario de las zonas de Persia, Oriente Medio y Grecia, aunque también crece en los Alpes de Europa y de ahí su nombre común más popular: Violetas de los Alpes.
Su nombre científico deriva de la palabra griega Kyclos, que significa circular, y hace referencia al pedúnculo de las flores de algunas especies que se enrosca cuando grana.
Una planta de aspecto muy peculiar
Es una planta de crecimiento globoso y en sus variedades más grandes alcanza una altura de entre 30 a 40 centímetros, si bien también están los denominados Cyclamen mini que apenas alcanzan los 10. Entre estos extremos los podemos encontrar en todos los segmentos de tamaños y con gamas de colores similares.
Curiosamente cuando se clasifica desde un punto de vista de cultivo ornamental se cataloga como planta bianual, mientras que en el jardín se comporta como una vivaz, pudiendo estar viviendo en la misma tierra durante muchos años.
Es una planta perenne tuberosa, con un tubérculo grande en el tiempo con aspecto algo deprimido. De su parte inferior salen numerosas raicillas fasciculadas. Contrariamente, de su parte central superior emite tanto sus hojas como sus flores. Sus hojas son radicales con forma circular acorazonadas, festoneadas y manchadas con aspecto de mármol plateado por su haz formando diferentes dibujos, mientras que por su envés son de un color más homogéneo y va desde el verde a tonalidades púrpuras según la variedad.
Las flores tienen un aspecto muy singular ya que sus pétalos se pliegan sobre sí mismos de forma que realzan su belleza. Crecen de forma solitaria sobre largos tallos carnosos, son solitarias, hermafroditas, ligeramente perfumadas y su tamaño está entre los 3 a 7 centímetros.
En cuanto al color sus flores cubren prácticamente todo el espectro gracias al trabajo desarrollado por las empresas obtentoras de nuevas variedades. Estos pueden ser blancos, rosas, rojos, salmón, etc., pasando por todas sus tonalidades, y además, están las variantes de flores más o menos jaspeadas que agrupan diferentes combinaciones de colores en una sola flor.
Estas flores, una vez fecundadas, producen un fruto en forma de cápsula que tarda entre 4 a 5 meses en madurar. Sus semillas necesitan estar totalmente cubiertas para germinar.
Su época de floración es muy larga, comenzando a principios de otoño y terminando hacia finales de primavera. Sólo paraliza su floración durante el verano, en la que entra en reposo vegetativo. Cuando se encuentran plantadas directamente en el jardín y deseamos arrancar sus tubérculos para cambiarlos de lugar, este período de reposo marca el momento ideal para hacerlo.
Como avanzábamos, es una de las plantas más populares entre las plantas de floración invernal debido a que en esta época del año hay una menor gama de plantas en flor con respecto al período primaveral. Pero también lo es por su largo período de floración, rusticidad, su particular belleza floral y posibilidades de uso ornamental ya que puede ser disfrutada tanto como planta de interior como de exterior. Destacar que precisamente por la longevidad de sus flores, también aunque en menor cantidad, es comercializada como flor cortada.
El Cyclamen persicum en el mercado
La comercialización del Cyclamen persicum se mantiene activa durante todo el año si bien entre los meses de septiembre a abril mantiene su mayor oferta en el mercado.
En los puntos de venta lo podemos encontrar en diferentes presentaciones, siendo la más popular en macetas de 13 a 15 centímetros de diámetro. Otras modalidades como el ‘Cyclamen midi’ se presentan en maceta de apenas 6 centímetros y el ‘Cyclamen mimi’ alrededor de los 10 centímetros. Cada serie contempla su propio catálogo de colores.
Los canales de comercialización son prácticamente todos los establecidos para plantas ornamentales: centros de jardinería, floristerías, centros comerciales, centros comerciales del bricolaje, agricentros, venta ambulante, tiendas multiprecio… prácticamente todos la comercializan por ser una planta con muy buena aceptación.
Al presentarse en tantos tamaños de planta, nos da la oportunidad de poder realizar plantaciones con mezclas o colores concretos deseados para mantener una uniformidad de cultivo.
Cuidados del Cyclamen persicum en casa
Aunque considerada como planta de temporada de exterior, la podemos disfrutar como una atractiva planta de flor de interior. En este caso no debemos olvidar que en realidad es una planta de exterior, por lo tanto, dentro de casa la ubicaremos en aquellos lugares con la máxima iluminación posible. Incluso un buen consejo es sacarlas al balcón o terraza de vez en cuando para que se mantengan bien fuertes.
También las ubicaremos lo más lejos posible de las fuentes de calor como por ejemplo los radiadores durante el invierno. Es una planta de clima fresco y entre los 12 y 15ºC es cuando mejor vegetan.
Le añadiremos el agua directamente a la maceta, evitando no encharcar el sustrato, por lo que si le ponemos un plato debajo de la maceta, una vez escurrida toda el agua, deberíamos tirar la restante. Es una planta sensible al exceso de agua.
Como planta de flor, la fertilizaremos cada 15 ó 20 días con un abono líquido de floración incorporado al agua de riego. Un abono rico en potasio es determinante para la calidad de la floración.
También es importante la ventilación ya que las bajas temperaturas junto con ambientes húmedos, son factores de riesgo y muy propicios para la aparición de enfermedades como la Botrytis.
Para su trasplantes, la época del año más aconsejable es después de la floración y el ‘sustrato de exterior’ o ‘sustrato universal’ son los más adecuados.
Cuando observemos que el Cyclamen persicum comienza a debilitarse, lo mejor es sacarlo al exterior, ya sea para que se recupere o para prolongar su vida en el jardín.
Cuidados del Cyclamen persicum en el jardín
Como planta de exterior es muy rústica, sin apenas necesidad de cuidados especiales. Un Cyclamen persicum bien cuidado puede durar varios años en el jardín, incluso puede llegar a naturalizarse. Recordemos que permanece en estado durmiente durante la estación cálida y seca del año, brotando con la bajada de las temperaturas y comienzo de las lluvias.
Para su plantación elegiremos un lugar en el jardín de semisombra y fresco. Normalmente se plantan en grupos para conseguir manchas de color muy atractivas.
Lo haremos sobre una tierra bien mullida, que podemos enriquecer con la mezcla de un sustrato de plantación en una proporción del 15 al 25% según la calidad de la tierra existente en el jardín.
La densidad de plantación será la definitiva ya que es una planta que no adquiere grandes dimensiones diferentes al de su compra. En el momento de su plantación tendremos la precaución de no enterrarlas más allá del nivel que venía en la maceta con el fin de evitar riesgos de pudrición de su bulbo.
Para su abonado bastará con el que utilicemos para el mantenimiento del jardín. En cuanto a su mantenimiento, al ser una planta muy rustica apenas lo necesita. En el tiempo, podemos ir retirando sus flores marchitas para evitar que se pudran sobre la planta y mantener su mejor estado ornamental. El Cyclamen no necesita ningún tipo de poda.
Fernando Cuenca
fcuenca@condelmed.com
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