Uso de microorganismos en la agricultura
D. Francisco Soriano Pons es Licenciado en Biología y ocupa el cargo de director técnico de la empresa Biológicas Canarias S.L., empresa de investigación y desarrollo biotecnológico aplicado a la obtención de fertilizantes y bioestimulantes de origen natural. Esta fue fundada en 1999 y está asociada a AEFA desde febrero de 2005.
D. Francisco Soriano ha ocupado el cargo de secretario de AEFA desde el año 2008 hasta 2012 y actualmente colabora con la asociación en la Comisión de Fertilizantes. También es profesor asociado en la Facultad de Veterinaria y Ciencias Experimentales de la Universidad Católica de Valencia, impartiendo clases en el Grado de Biotecnología.
En agricultura, los microorganismos son imprescindibles para mantener la fertilidad del suelo, para desarrollar cultivos sanos y vigorosos… y sin saberlo, además el hombre viene utilizándolos desde hace milenios para beneficio propio, en sanidad y en la elaboración de alimentos. Desde hace pocos años, los microorganismos destinados al uso en agricultura están ganando importancia, dado que se han comprobado los resultados positivos de su aplicación como alternativa al uso de otro tipo de fertilizantes. En esta entrevista D. Francisco Soriano nos adentra en el uso de éstos, en la producción agrícola.
¿Qué entendemos por microorganismos cuando son aplicados en agricultura?
Cuando hablamos de microorganismos en general, nos estamos refiriendo a diversos grupos de organismos como son las bacterias, cianobacterias, microalgas, protozoos, levaduras y hongos filamentosos. También podríamos incluir a los virus, aunque no son considerados seres vivos por muchos investigadores, pero tienen determinadas aplicaciones en agricultura. De todos ellos, las bacterias, levaduras y hongos filamentosos son los más utilizados en agricultura, tanto para su aplicación como fertilizantes o como fitosanitarios.
Aunque el número de especies puede variar dependiendo de la fuente consultada, hay descritas unas 11.000 especies de bacterias y más de 100.000 de levaduras y hongos.
¿Cómo se encuentran formulados para uso del agricultor?
Como cualquier otro fertilizante, pueden formularse como concentrado soluble, suspensión concentrada, polvo soluble, polvo mojable o microcápsulas.
¿Cuál es la importancia de los microorganismos en la agricultura?
El hombre viene utilizando microorganismos (aunque sin saberlo), desde hace unos 8.000 años, cuando comenzó la elaboración de la cerveza, el vino, el vinagre y posteriormente el pan y diversos derivados lácteos. Hace 6.000 años los egipcios utilizaban cataplasmas con pan enmohecido para curar heridas, también sin saberlo, estaban aplicando en sus heridas antibióticos producidos por el moho.
Hoy en día obtenemos de los microorganismos multitud de productos: bebidas fermentadas, derivados lácteos, encurtidos, pan, probióticos, productos cárnicos fermentados, ácidos orgánicos, alcohol industrial, aminoácidos, vitaminas, enzimas, biopolímeros, antibióticos, proteínas terapéuticas, insulina, factores de crecimiento humano, interferón y un largo etcétera.
Aunque muchas especies son causantes de graves enfermedades tanto para el hombre como para el resto de seres vivos, incluidas las plantas cultivadas, sus beneficios compensan con creces los problemas causados.
En agricultura, los microorganismos son de gran utilidad para el desarrollo de cultivos sanos y vigorosos. Son imprescindibles para mantener la fertilidad del suelo, de hecho, los que carecen de flora microbiana, son suelos pobres y desequilibrados, a los que es necesario mantener un aporte constante y desmesurado de fertilizantes de síntesis.
¿Siempre se les ha dado la misma importancia?
Hasta hace poco tiempo, no se les daba la importancia que tienen en agricultura y existía un gran escepticismo sobre su eficacia. Afortunadamente esto está cambiando y cada vez son más los productores que utilizan este tipo de preparados y están comprobando los resultados positivos de su aplicación como alternativa al uso de otro tipo de fertilizantes.
Aunque los microorganismos en sí no son fertilizantes en el sentido estricto de la palabra, son necesarios para una óptima fertilización. Sus efectos en el suelo y en el vegetal son múltiples y complementarios:
→ Intervienen en el ciclo biológico de diversos nutrientes. Algunos tienen la propiedad de solubilizar fosfatos y otros elementos presentes en la fracción mineral del suelo; otros fijan el N2 atmosférico y ponen estos nutrientes a disposición de la planta.
→ Algunas especies producen sideróforos (compuestos quelatantes del Fe), haciéndolo disponible para el vegetal.
→ Descomponen los restos orgánicos del suelo, humifican la materia orgánica y liberan los nutrientes haciéndolos asimilables por la planta.
→ Los microorganismos de la rizosfera, excretan diversos nutrientes que son utilizadas por la planta, actuando, así como bioestimulantes.
→ Incrementan la eficacia fotosintética y contenido de clorofila.
→ Degradan contaminantes del suelo de diversa naturaleza química.
→ Los hongos micorrícicos, además de proporcionar fósforo a la planta, aumentan la captación de agua, haciéndolas más resistentes a la sequía…
Para el uso de microorganismos en agricultura ¿Cuáles son los más adecuados?
En principio habría que distinguir dos tipos según su uso: como fitosanitarios o como fertilizantes. Entre los primeros estarían, entre otros, Bacillus thuringiensis, o Paecilomyces lilacinus.
En cuanto a los microorganismos utilizables como fertilizantes, existen multitud de trabajos sobre bacterias y hongos aplicables para la mejora de los cultivos y cada vez son más las publicaciones e investigaciones que se están haciendo sobre la ventaja de su uso, como alternativa a los insumos agrícolas utilizados hasta ahora.
Además, quisiera destacar otra de las características de los microorganismos: su gran variedad de tipos metabólicos, es decir, cepas diferentes de una misma especie, pueden tener diversos usos y aplicaciones, aumentando así su potencial.
Entre los candidatos para su uso en fertilización, la lista es bastante extensa y en constante aumento. En principio destacaría diversas especies de géneros de bacterias (Pseudomonas, Bacillus, Lactobacillus, Azotobacter, Azospirillum, Rhizobium…), levaduras (Saccharomyces, Candida…) y hongos (Glomus, Trichoderma…).
¿Se pueden utilizar los microorganismos en agricultura orgánica?
Cualquier microorganismo, siempre y cuando no esté modificado genéticamente, es apto como insumo utilizable en agricultura ecológica (si previamente está permitido por las normativas de fertilizantes). Es más, una de las bases de la fertilización en agricultura ecológica consiste en fertilizar el suelo, no la planta.
El Reglamento (CE) 834/2007 del Consejo sobre producción ecológica lo deja bastante claro en su 12ª consideración preliminar: “La producción vegetal ecológica debe contribuir a mantener y aumentar la fertilidad del suelo, así como a la prevención de la erosión del mismo. Las plantas deben nutrirse preferiblemente a través del ecosistema edáfico en lugar de mediante fertilizantes solubles añadidos al suelo”.
En este mismo Reglamento, en el Artículo 5 (Principios específicos aplicables en materia agraria) matiza: “…la producción ecológica estará basada en los siguientes principios específicos: a) el mantenimiento y aumento de la vida y la fertilidad natural del suelo, la estabilidad y la biodiversidad del suelo, la prevención y el combate de la compactación y la erosión de suelo, y la nutrición de los vegetales con nutrientes que procedan principalmente del ecosistema edáfico”.
Hay que recalcar que el componente más importante del ecosistema edáfico, al que hace referencia, es precisamente su flora microbiana.
¿Qué avances se están produciendo en estos productos?
Como ya he comentado, cada vez son más los centros de investigación y grandes compañías que dedican gran cantidad de recursos económicos y humanos a la búsqueda de nuevos productos basados en microorganismos. Llama mucho la atención que las grandes multinacionales del sector agrícola están focalizando su atención en este tipo de preparados.
¿Nos puede aportar cifras sobre el volumen de negocio de estos productos?
No puedo dar cifras con rigor sobre el volumen de negocios de estos formulados. Los datos de los que se disponen sobre ventas de OMDFs, no son válidos, ya que, en este grupo de formulados, se incluyen productos de diversa naturaleza, por lo que no se puede conocer con certeza la cantidad correspondiente a microorganismos.
¿Bajo qué reglamentación se encuentran estos productos?
Hasta la fecha, la comercialización en España de estos formulados se ha hecho bajo el amparo de la derogada Orden APA 1470/2007, que por el cambio de normativa y la aprobación del Real Decreto de MDF a finales del 2014, sólo quedan algunos productos a base de microorganismos aptos para su comercialización con plazos transitorios en 2017. Una vez anulada dicha Orden y los plazos de comercialización terminados, quedará un vacío preocupante en cuanto a su utilización.
El nuevo Real Decreto que modificará el actual RD 506/2013 sobre productos fertilizantes, con fecha prevista de publicación para mediados de este año 2017, contemplará el uso de microorganismos.
Los fertilizantes microbianos tampoco están contemplados en la normativa europea sobre abonos. El futuro Reglamento UE relativo a la comercialización de fertilizantes CE, cuya fecha de publicación prevista será a partir del 1 de enero de 2018, autorizará ciertos microorganismos para su uso como bioestimulantes microbianos. En principio, sólo se autorizarán bacterias de los géneros Azotobacter, Rhizobium y Azospirillum y hongos micorrícicos. Se supone que se podrá ampliar esta reducida lista, siempre y cuando se presente la documentación necesaria para su inclusión como nuevo tipo.
Hasta donde yo conozco, otros países de la UE, como Portugal, Francia, Italia o Alemania, sí contemplan el uso de microorganismos como fertilizantes. Llama la atención que España, país al que me atrevo a considerar como la huerta de Europa, no disponga de una normativa que ampare este tipo de fertilizantes.
En relación a los avances que se están produciendo en este tipo de productos y la situación reglamentaria en la que se encuentran, me gustaría citar a J. E. Smith, Catedrático de Microbiología Aplicada de la Universidad de Strathclyde, Glasgow, en una de sus publicaciones sobre biotecnología que, a mi parecer, define perfectamente lo que está ocurriendo con los fertilizantes microbianos: “En biotecnología, las regulaciones gubernamentales representan un determinante crítico del tiempo y coste total de introducir un producto en el mercado. Las agencias reguladoras pueden actuar como «guardianes» para el desarrollo y disponibilidad de nuevos productos biotecnológicos, pero pueden también levantar considerables barreras para el desarrollo industrial”.
¿Qué se opina desde AEFA sobre el mercado de los microorganismos en agricultura?
Mi opinión personal es que es un mercado potencial importantísimo. Cada vez se conoce mejor su utilidad y aplicaciones y lo que es más importante, cada vez se les va perdiendo el miedo y se está viendo que es posible llevar a cabo cultivos de calidad con este tipo de formulados.
Cuando este fin de semana nos tomemos una refrescante cerveza, o un buen vino acompañados de una tapa de queso y pan, acordémonos que no lo podríamos hacer si no fuera por estos microscópicos seres.