Contaminación cruzada en fitosanitarios, un enemigo difícil de combatir

La contaminación cruzada puede comprometer la calidad y eficacia de los productos fitosanitarios, pero podemos evitarla con un sistema de prevención adecuado.

Es habitual que las empresas del sector fitosanitario se dediquen a formular y envasar más que un único producto en sus instalaciones. Al destinar los mismos espacios y equipos al desarrollo y manipulación de varios compuestos, nos exponemos a un riesgo evidente: la transferencia accidental de ingredientes activos entre compuestos, la contaminación cruzada.

Cuando esta ocurre, puede afectar a la calidad y seguridad del producto y dar pie a diversos escenarios no deseables.

 

¿Qué comporta la contaminación cruzada?

Si comercializamos un producto que contiene impurezas residuales:

   ♦  Pueden desencadenarse efectos adversos en los cultivos​. Problemas de productividad, deficiencias en el aspecto físico del producto agrícola, episodios de fitotoxicidad inesperados, etc.

   ♦  Podemos incurrir en problemas legales​. Como en otros sectores, los productos fitosanitarios deben respetar escrupulosamente unas determinadas características y especificaciones de calidad y seguridad. Si hay contaminación cruzada, el producto no se ajustará a la legislación.

    ♦  Ponemos en entredicho la imagen del sector. ​En un contexto social muy sensible y cada vez más preocupado por la salud y el medioambiente, la contaminación cruzada genera inseguridad y desconfianza.

 

Por todo ello, en entornos multiproducto es crucial tener implantado un sistema de prevención de la contaminación que debe cubrir todas las fases del proceso productivo.

Contaminación cruzada en fitosanitarios, un enemigo difícil de combatir
Contaminación cruzada en fitosanitarios, un enemigo difícil de combatir

¿En qué consisten este tipo de sistemas?

 

Factores que minimizan el riesgo de contaminación cruzada

Un buen sistema de prevención de la contaminación debe tener en cuenta los diversos aspectos que contribuyen a mitigar el riesgo. Los más destacados son:

· ​Conformidad legal:​ se deben cumplir determinados requerimientos legales, nacionales y regionales, respecto a la gestión de residuos.

· ​Auditoría y evaluación: ​es necesario realizar auditorías periódicas del espacio de producción. Asimismo, se deben tener evaluaciones de riesgos documentadas y definir unos niveles de contaminación aceptables (ACL).

· ​Control y manejo de productos: ​hay que respetar ciertas pautas en el manejo de las materias primas. A parte, es vital llevar un control estricto de los principios activos que se manejan en cada instalación y especificar en qué unidades de producción se utilizan.

· Diseño de las unidades de producción: ​todas deben estar optimizadas para facilitar las operaciones de limpieza y desmantelamiento. Además, es necesario que respeten ciertos criterios de estanqueidad y de separación.

· ​Limpieza: ​es imprescindible establecer métodos de limpieza efectivos y verificados para espacios, equipos y herramientas. Estos se llevan a cabo al final de la producción, cuando se cambia de un producto a otro y cuando los equipos se dejan en reposo.

· ​Reciclaje: ​la reutilización o el reacondicionamiento de material tiene que hacerse conforme a unas normas que minimicen cualquier riesgo de contaminación.

· ​Etiquetado: ​desde la recepción de materiales al almacenaje del producto final, todos los materiales deben estar clara y convenientemente etiquetados.

· ​Almacenaje: ​se deben respetar ciertas normas de almacenaje seguro. Esto afecta tanto a materias primas como a ingredientes activos, mediadores, formulaciones y producto final.

· Análisis de impurezas residuales: ​los productos no pueden comercializarse sin certificar que su nivel de impurezas residuales está por debajo de los niveles de contaminación aceptables estipulados (ACL). Esto requiere que las empresas productoras tengan implantados procedimientos de muestreo y análisis eficaces.

 

¿Qué hace IQV para gestionar el riesgo de contaminación cruzada?

Para garantizar la integridad de nuestros productos, ​en IQV hemos implantado nuestro propio Sistema de Gestión de Prevención de la Contaminación Cruzada.

Este sigue rigurosamente ​las directrices marcadas por la organización CropLife International​. A través de métodos validados de limpieza para nuestras instalaciones de formulación y envasado, aseguramos que los niveles de contaminación cruzada quedan reducidos al mínimo.

Además, hemos desarrollado y validado métodos analíticos en colaboración con la Universidad de Valencia que nos permiten asegurar una correcta cuantificación a nivel de partes por millón (ppm).

Para verificar el cumplimiento de nuestro protocolo, cada 2 años realizamos una auditoría de segunda parte con ​la empresa de certificación SGS Tecnos​. En ella se revisa la documentación desarrollada para el sistema de prevención y, además:

⇒  Se comprueban las instalaciones de la empresa ​in situ
⇒  ​Se verifica la ejecución de los procesos de limpieza.
⇒  ​Se examinan y validan los métodos analíticos utilizados por nuestro laboratorio.

 

En definitiva, en IQV trabajamos la gestión de riesgos para cumplir con los estándares más exigentes y darles a nuestros clientes un producto de gran calidad. Así, fomentamos una agricultura productiva y sostenible.

 

Xavier Amenós, Product Manager de IQV

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