La Drácena marginata, una planta de interior que por su robustez, resistencia y estructura la hacen ideal para decoraciones de interiores.
Prácticamente todas las plantas son de exterior en sus lugares de origen, si bien por sus características pueden llegar a comportarse como plantas de interior en recintos cubiertos ya sean públicos como privados. Un ejemplo de este tipo de plantas es la Drácena marginata o dragón rojo de Madagascar.
Su robustez, resistencia y estructura la hacen ideal para decoraciones de interiores, desde un pequeño lugar de la casa hasta grandes salones de restaurantes, hoteles y demás centros comerciales. Como aspecto a destacar de esta planta, es una de las usadas por la NASA en sus estudios para la limpieza del aire y en los que ha demostrado que ayuda de forma eficiente a eliminar el formaldehído (aldehído de olor irritante) en el ambiente.
Dracaena marginata o Dracaena reflexa
La Drácena marginata tiene como nombre científico Dracaena marginata, considerado un sinónimo de Dracaena reflexa var. angustifolia, pertenece a la familia Agavaceae y es originaria de Madagascar. Popularmente también se le conoce como Dragón rojo de Madagascar, Drácena, Drácena marginata, Dracaena de borde rojo, árbol de sangre de dragón o Dracaena de hoja fina.
En su hábitat de origen es un arbusto con uno o varios troncos que superan fácilmente los tres metros de altura. Esta ha demostrado ser una de las plantas que mejor se adapta al crecimiento en interior y según va creciendo, sus tallos van perdiendo las hojas inferiores dejando desnudos sus finos tallos que suelen arquearse creando efectos muy decorativos. Sus flores carecen de interés ornamental, suele florecer durante los meses más cálidos del año emitiendo tallos con numerosas flores estrelladas de color crema.
La Drácena marginata se caracteriza por sus hojas lineares a lanceoladas de punta aguda, bastante estrechas con aspecto de cintas, de color verde oliva fuerte y márgenes rojizos. Las variedades más populares son la Drácena marginata “Colorama” que presenta en sus hojas prominentes bordes rojos que destacan su apariencia rojiza, y la Drácena marginata “Tricolor” en la que destaca una banda amarilla entre las estrías rojas y verdes, dando un efecto global de verde-dorado.
En un ambiente subtropical
En España rara vez las vemos en exterior y en estos casos, sus cuidados se limitan a ser cultivada en parques y jardines donde el ambiente reinante tenga un componente básico: un clima subtropical. A partir de ahí tan solo una exposición soleada, un terreno o sustrato que mantenga bien la humedad sin llegar al encharcamiento y espacio suficiente entre otras plantas, porque si no se podan, sus delgados tallos llegan a ocupar varios metros tanto de altura como de volumen.
Lo más habitual es disfrutar de ella como planta ornamental de interior. En este caso los cuidados de la drácena marginata deben comenzar por una ubicación lo más iluminada posible… recordemos que se trata de una planta de exterior en su hábitat natural. Al margen de ello, observaremos que en interiores sus hojas adquieren un aspecto más elegante y bello debido a que la luz indirecta le ayuda a que adquieran más brillo y manifestar mejor sus colores.
Propia de ambientes subtropicales requiere una temperatura mínima de 15°C por lo que sobre todo en invierno debemos cuidar este aspecto. En este sentido evitaremos ubicarla cerca de radiadores y equipos de aire acondicionado para protegerla de corrientes de aire secos. Controlados estos factores son las que la hace muy popular en las oficinas en donde el calor y la luz constantes le son propicios. Siguiendo con las temperaturas más adecuadas para esta planta su desarrollo óptimo lo tiene con temperaturas altas, comprendidas entre los 22 y los 26ºC.
La Drácena marginata precisa de humedad elevada. En ambiente seco y caluroso puede aparecer araña roja y este problema lo podemos disminuir notablemente pulverizando sus hojas con agua un par de veces al día, sobre todo por el envés de sus hojas que es donde vive este ácaro.
En cuanto al sustrato el más indicado es un sustrato universal o sustrato de plantación de los que se comercializan en los puntos de venta especializados. Esta requiere una humedad constante en el sustrato, por lo que las hidrojardineras son muy apropiadas para esta planta. Además permiten un mantenimiento en cuanto al riego mucho más ‘relajado’ ya que la frecuencia de estos se retrasan notablemente en el tiempo. Pero debemos saber que el secreto de esta planta reside en no regarla excesivamente ya que no necesita mucha agua dado que la planta tiene la capacidad de acumular agua en sus raíces.
Para su fertilización centraremos los abonados durante la época de crecimiento activo, utilizando aquellos formulados especiales para plantas verdes. Las dosis serán las más bajas recomendadas por el fabricante cuando las tengamos plantadas en hidrojardineras porque no hay lavados de fertilizantes como sí puede ocurrir cuando regamos en exceso en las típicas macetas con drenaje.
Poda selectiva y distribuidas durante los años
La poda de la Drácena marginata obedece más a un aspecto ornamental que a necesidades propias de la planta. El objetivo principal de estas es mantenerla dentro del área de crecimiento deseada ya que al estar dentro de una casa, restaurante, centro comercial, etc. su volumen de desarrollo debe enmarcarse al preestablecido en cada caso.
Lo normal es que el crecimiento de sus delgados tallos crezca en altura y por su peso se arqueen y adquiera una ‘arquitectura elegante’ a la vez de peculiar. En ocasiones, estos tallos crecen en exceso en cuanto a longitud y es necesario cortarlos. En estos casos, optaremos por una poda selectiva y distribuida en el tiempo… en concreto en años.
Los cortes se realizarán con tijeras de podar bien afiladas para no machacar la zona de corte. Esta se realizará sobre unos 10 centímetros de su base desde donde brotó para que los nuevos tallos vuelvan a ser emitidos cerca del tallo principal. Como hemos avanzado y con el objetivo de no dejar la planta excesivamente desolada de tallos y hojas, las ramas seleccionadas para su poda las iremos alternando. De esta forma, un año podaremos un tercio o la mitad de ellas y al siguiente el resto y de esta forma siempre tendrá un aspecto ornamental adecuado.
Un cambio de maceta de tarde en tarde
Con el tiempo, debemos realizar el trasplante para renovar su sistema radicular. El cambio de maceta se puede realizar cada 2 años y las mejores épocas para ello son primavera y verano.
El sustrato más adecuado puede ser de los prefabricados sustrato universal o sustrato de plantación, o bien realizarlo mediante una mezcla de 2 partes de turba, una de tierra vegetal y otra de arena. La maceta o hidrojardinera elegida debe ser ligeramente superior a la que tenía en esos momentos, así como la altura final del trasplante. Durante el proceso es conveniente eliminar parte del sustrato tanto superior como inferior del cepellón ya que suele contener cierta acumulación de sales como consecuencia de los abonados realizados durante todo el cultivo. Tras el trasplante, realizaremos un riego copioso y el siguiente será cuando observemos que el sustrato vuelve a estar ligeramente seco. De esta forma induciremos a la planta a emitir nuevas raíces para explorar el nuevo sustrato.
Un especial cuidado con la humedad, luz y temperatura
Sin duda la Drácena marginata es una planta muy rústica y de ahí su popularidad como planta de interior. Si prestamos especial interés en aspectos como la humedad, luz y temperatura, prácticamente eliminaremos riesgos de aparición de plagas y enfermedades. Aun así, las plagas más frecuentes que se pueden presentar son la cochinilla y la araña roja. La primera se las reconoce fácilmente ubicadas como unas pequeñas ‘motas’ pardas sobre los nervios del envés de las hojas. Este insecto además segrega una sustancia azucarada que atrae a las hormigas y actúa como base donde se instala el hongo llamado negrilla. En cuanto a la araña roja (Tetranychus urticae) es una plaga muy virulenta cuando el ambiente es seco y las temperaturas son altas. Los síntomas son unos puntos de color amarillo en el haz de las hojas que posteriormente se tornan de color marrón y se abarquillan. Es frecuente encontrar finas telarañas en el envés de las hojas afectadas.
Las cochinillas se controlan con insecticidas sistémicos y la araña roja con acaricidas específicos. En ambos casos se debe mojar completamente la planta durante la pulverización, sobre todo el envés de estas ya que en los dos casos, insectos y ácaros es donde se sitúan.
Si nos referimos a enfermedades, dos de las más habituales son el Fusarium y la Phytophthora, enfermedades vasculares que aparecen sobre la base del tallo y en la mayoría de casos aparecen como consecuencia de riegos excesivos y abonados muy ricos en nitrógeno.
En ocasiones observamos que la Drácena marginata muestra una serie de problemas que equivocadamente los catalogamos como problemas fitosanitarios: son las llamadas fisiopatías, trastornos que sufren las plantas derivados de unas condiciones de cultivo inapropiadas. Entre ellas se encuentra:
⇒ Amarilleamiento de las hojas inferiores. Este síntoma puede deberse tanto al proceso natural de envejecimiento de sus hojas si se produce lentamente, como a un exceso de sequedad y calor si las hojas se caen rápidamente.
⇒ Aparición de hojas descoloridas. Suele pasar cuando hay una escasez de iluminación y por lo tanto se resuelve reubicando a la planta en un lugar más iluminado.
⇒ Aparición de márgenes y ápices foliares necróticos. Puede producirse tanto por si se da una humedad relativa baja como si la planta se encuentra en una zona con corrientes de aire frío. En el primer caso es conveniente nebulizar regularmente sus hojas y en el segundo reubicando la planta a lugares más protegidos.
⇒ Aparición de hojas blandas y rizadas con márgenes necrosados. Es un síntoma propio de épocas frías del año. Hay que elevar la temperatura ambiente, sobre todo durante la noche.
⇒ La planta está lacia. Si el sustrato está muy húmedo es un problema de pudrición de sus raíces. Si por el contrario está seco… simplemente es una falta de riego.
⇒ Pérdida de hojas y nulo crecimiento. Suele ocurrir cuando la planta está padeciendo frío, que se considera por debajo de los 14ºC.
Fernando Cuenca
fcuenca@condelmed.com
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