Koppert
Continúa la producción de enemigos naturales, así como los envíos a España y resto del mundo
Desde la biofábrica de Koppert en la localidad murciana de Águilas, cada día siguen saliendo a su destino diferentes enemigos naturales utilizados en todo el mundo para el control biológico de plagas en los cultivos. A pesar de las circunstancias especiales que estamos viviendo a consecuencia del COVID-19, esta biofábrica de Koppert mantiene su actividad al 100% para garantizar el suministro de agentes de control biológico y contribuir de este modo a que no se detenga la producción sostenible de alimentos.
El mantenimiento de la actividad en los departamentos de Producción, Logística Nacional y Logística Internacional ha sido posible gracias a la adopción de una serie de medidas extraordinarias que son de obligado cumplimiento para los 60 trabajadores de esta biofábrica. No solo se han extremado las medidas de higiene y protección personal, sino que además se han reorganizado los turnos de trabajo para garantizar que se respeta la distancia de seguridad entre personas, cumpliendo así con las recomendaciones de las autoridades sanitarias. También se ha implantado la toma de temperatura a cada uno de los trabajadores, que se realiza antes de la entrada a las instalaciones.
Además, se ha implantado un exhaustivo sistema de desinfección diaria en todas las instalaciones de la planta de Águilas mediante la contratación de una empresa externa especializada. El objetivo de Koppert es proteger la salud de nuestros trabajadores, proveedores y clientes. Por ello, se han suspendido temporalmente las visitas a las instalaciones de Águilas. De esta manera, cumplimos con nuestra responsabilidad de minimizar la propagación del virus, al tiempo que garantizamos la continuidad comercial y el servicio a nuestros clientes.
Desde Águilas, para todo el mundo
Las instalaciones de Koppert en Águilas, que este año celebran su vigésimo aniversario, tienen una superficie total de 7 hectáreas. La zona de Producción ocupa más de 5.000 metros cuadrados de invernaderos de alta tecnología, a lo que se suman 3.000 metros cuadrados más para las áreas de Logística Nacional y Logística Internacional.
En esta biofábrica, Koppert produce a diario enemigos naturales para el control biológico de plagas en diferentes cultivos. Estos enemigos naturales se venden en España y en el resto del mundo:
Encarsia Formosa y Phytoseiulus persimilis, ambos representan el 50% de la producción total.
Nesidiocoris tenuis, que se exporta a todo el arco mediterráneo.
Aphytis melinus, se exporta a Europa y África.
Aphidoletes aphidimyza y Aphidius ervi, que son imprescindibles para el control biológico de pulgón.
Acerophagus artielles, la primera herramienta biológica para el control de cochinilla en platanera.
La biofábrica de Águilas tiene una importancia estratégica para la actividad global de Koppert. El próximo año finalizará la ejecución de un ambicioso plan de inversión con un presupuesto total de 10 millones de euros, con el objetivo de mejorar y ampliar las instalaciones.
Este proyecto se inició con la búsqueda de enemigos naturales de la plaga en parcelas de platanera de las Islas Canarias. Una vez identificadas diferentes especies, se procedió a su evaluación a través de ensayos de laboratorio y en condiciones controladas con el fin de seleccionar las más eficaces. El proceso culminó con pruebas de campo realizadas directamente en parcelas comerciales de platanera durante los dos últimos años. Las pruebas de campo confirmaron que los frutos recolectados en las parcelas con Dismipar® eran mejores para la comercialización.
En paralelo a estos ensayos, se ha desarrollado el sistema de producción que permite poner a disposición de los agricultores el enemigo natural en unas condiciones óptimas de calidad y en un formato adaptado a los requerimientos del cultivo de platanera. Es importante que los productores cumplan con las recomendaciones técnicas de Koppert para garantizar excelentes resultados.
El cultivo de platanera, con más de 9.000 hectáreas, actualmente es la primera producción agrícola de Canarias. Los daños que cada año provoca la plaga de cochinilla impiden la comercialización de una parte de la cosecha y generan importantes pérdidas económicas en la economía insular. Con la liberación de DISMIPAR®, se reducirá de forma significativa este impacto económico negativo.