Calceolaria herbeohybrida

Con la primavera llegan al mercado uno de los surtidos más grandes de plantas de temporada. Una es ellas es la Calceolaria herbeohybrida, conocida popularmente como ‘Calceolaria’ o ‘Zapatito de Venus’, aunque también ‘Capachito’, ‘Zapatito de la Virgen’, ‘Flor de zueco’, etc. por la curiosa forma de sus flores.

Es una planta de jardín, aunque por su delicadeza en España se consume principalmente como planta de interior, destacando de ella sus atractivas y exóticas flores. Pertenece a la familia de las Calceolariaceae (también referenciada en algunos documentos como Scrophulariaceae). Se encuentra dentro del género Calceolaria que contiene alrededor de 388 especies, entre ellas la Calceolaria adscendens, Calceolaria amplexicaulis, Calceolaria andina, Calceolaria darwinii, Calceolaria integrifolia, Calceolaria mexicana, Calceolaria tomentosa, etc. y en su conjunto hay plantas de tipo arbusto y herbáceas. Su rango geográfico se extiende de la Patagonia a México central, con su centro de distribución en la región de los Andes. En cuanto a la Calceolaria herbeohybrida, se trata de un híbrido que ya poco tiene que ver con sus antecesores originarios puesto que es el resultado de numerosos cruces entre distintas especies.

Una delicada planta de flor

Es una planta herbácea anual, de hojas basales dispuestas en rosetas, algo ovales y rugosas. Sus tallos florales son erectos con flores agrupadas terminales muy curiosas y llamativas, normalmente amarillas o anaranjadas que pueden contener manchas rojas o púrpuras en mayor o menor proporción. Estas se forman en una especie de bolsas y de ahí muchos de sus nombres populares antes referidos.

Como planta adquiere un tamaño de entre 20 a 40 centímetros de altura y sus flores alrededor de los 2 a 4 centímetros de diámetro. Su floración se sitúa en España desde finales de primavera a bien entrado el otoño.

En cuanto a sus cuidados, aunque se trata de una planta de exterior, lo normal dada su delicadeza es que se disfrute de ella como planta de interior. Como planta de flor, una buena ubicación es lo más cerca posible de una ventana para que disponga de la mayor luminosidad posible y de esta forma mantener sus flores con vivos colores y durante mucho más tiempo.

Si se opta por plantarse en jardineras, las zonas de semi sombra que eviten el exceso de insolación a las horas del mediodía son las aconsejables. En el jardín se pueden crear atractivas y delicadas manchas de flor, contrastando muy bien con zonas de césped alrededor. No deben de plantarse muy separadas puesto que no crecen mucho más una vez han aparecido sus flores. Su marco de plantación recomendado es mantener una separación entre ellas de 15 a 25 centímetros dependiendo de la variedad.

Los riegos deben de ser moderados, al igual que los abonados con un fertilizante del tipo 18-12-24 con micro elementos. Mantendremos el sustrato siempre húmedo sin llegar al encharcamiento y evitaremos que el agua sobrante después de cada riego quede estancada en su base. Es recomendable aplicar los riegos y abonados directamente sobre el sustrato, sin mojar sobre todo sus flores. En cuanto a temperaturas se desarrolla mejor entre los 18 y 25ºC.

La multiplicación de la Calceolaria herbeohybrida se realiza mediante de semillas durante las épocas cálidas, pudiendo iniciarse su cultivo a principios de primavera. Es complicado encontrar sobres de semillas en los centros de jardinería, grandes centros comerciales o floristerías. Por lo que lo más habitual es comprarlas directamente en estos puntos de venta, Se comercializan en tamaños de maceta de 11 a 14 centímetros de diámetro y son plantas económicas.

Tras su compra, al ser una planta de temporada anual, se disfruta de ella en su misma maceta durante toda su vida, por lo que no suele requerir de trasplante a una maceta mayor. En caso de desear hacerlo, un sustrato especial para plantas de interior es de los más recomendables. Si se trasplanta en jardineras se puede utilizar este mismo sustrato y si se planta directamente en el jardín se puede mejorar la tierra base añadiendo entre un 20 a un 30% de un sustrato de plantación o sustrato especial para plantas de exterior según la calidad del terreno. El objetivo es conseguir una tierra con buena cantidad de materia orgánica, con buen drenaje y fértil.

¿Cómo cultivar la Calceolaria?

Si decidimos iniciar su cultivo desde el inicio, partiremos comprando sobres de semillas. Los viveros profesionales los adquieren en sobre de 1/8 ó 1/4 de gramo ya que se trata de semilla muy pequeña. Para obtener 1.000 plantas comerciales bastará sembrar tan solo 1/8 de gramo.

Las fechas ideales de siembra comienzan en marzo o abril según la climatología reinante en la zona. Bajo invernadero con calefacción se puede sembrar hacia finales de invierno para obtener plantas en flor más pronto. El semillero se realiza en bandejas con siembra a voleo, mezclando la semilla con algo de arena de río lavada para facilitar su manipulación. Tras la siembra se mantiene el semillero húmedo, protegido de las corrientes de aire y el exceso de iluminación solar, aunque con luminosidad, puesto que la semilla de Calceolaria necesita luz para su germinación.

El sustrato elegido para la siembra debe de ser muy turboso, con un pH entre 5,5 y 6,0, ligeramente fertilizado y mantener una temperatura ambiente de unos 18 a 20°C. En estas condiciones las semillas germinarán alrededor de los 15 días tras su siembra.

Una vez germinadas se puede reubicar el semillero a una zona más iluminada y ventilada, para que las plántulas crezcan más compactas. Las temperaturas ideales en esta fase de cultivo son de 21 a 22°C durante el día y de 18 a 20°C por la noche. También es un momento en el que se puede comenzar una ligera fertilización adicional con un abono bien equilibrado a base de nitrato de calcio.

Sobre los 35 días de su siembra, las plántulas estarán listas para su trasplante a maceta definitiva, con un tamaño de unos 10 a 12 centímetros de diámetro y un sustrato rico y bien drenado del tipo sustrato especial para plantas de exterior.

La temperatura nocturna es un factor muy importante ya que influye en la iniciación floral. La iniciación del brote floral se puede iniciar cuando las plantas tienen de 3 a 4 pares de hojas verdaderas y la temperatura nocturna entre 11 y 14°C. Por lo tanto, es importante establecer un régimen de temperatura de 18 a 22°C durante el cultivo a masa foliar y posteriormente bajarla a unos 12°C durante 5 ó 6 semanas para iniciar los brotes de flores. Una vez iniciada su floración se puede aumentar la temperatura hasta los 17°C para finalizar su cultivo.

La fertilización durante su cultivo debe estar bien equilibrada a base de nitrato de calcio, manteniendo una CE de 1,0 a 1,8 mmhos. En cuanto a la utilización de reguladores de crecimiento para mantener la planta compacta, con una buena iluminación y temperaturas dentro del rango comentado no harán falta.

 

La Calceolaria y su sanidad vegetal

Respecto a las posibles plagas y enfermedades de la Calceolaria herbeohybrida, dependerá en gran medida de si el cultivo se ha desarrollado adecuadamente en cuanto a iluminación, fertilización y riego. Las plagas más comunes que se pueden presentar son el pulgón, la mosca blanca, el minador y las orugas. En cuanto a las enfermedades no son muy frecuentes, pero en el caso de riesgo, el Pythium, la Botrytis y la Cercospora pueden ser las más propensas a manifestarse.

Un problema común es la pudrición de raíces y normalmente es debido al riego excesivo. También debemos evitar que la planta llegue mojada a la noche para prevenir Botrytis, sobre todo cuando las temperaturas son bajas.

La Calceolaria herbeohybrida es sensible al Virus TSWV que es propagado por el Thrips, por lo tanto es importante controlar este insecto y si hay plantas afectadas por este virus eliminarlas rápidamente para evitar posibles focos de contagio.

Si se observa que el follaje comienza a mostrar síntomas de clorosis, comprobaremos que el sistema radicular posee un desarrollo adecuado. De no ser así, sabremos que quizás sea una consecuencia de que estemos por ejemplo regando demasiado y dañando sus raíces. Si están sanas es posible que la fertilización no sea la adecuada, por lo que aportaremos el fertilizante adecuado para corregir la deficiencia de hierro o magnesio, dos de las causas más comunes que provocan este tipo de clorosis.

Fernando Cuenca

fcuenca@condelmed.com

www.floresyplantas.net

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